- Die CSE* christliche Suchmaschine für Kirche und Religion -
Deutsch
English
Français
Español
| deutsch | - | english | - | français | - | español |
Capítulo 10
1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, mas sube por otra parte, el tal es ladrón y robador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, antes huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta parábola les dijo Jesús; mas ellos no entendieron qué les decía. 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: YO SOY la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y robadores; mas no los oyeron las ovejas. 9 YO SOY la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir ; yo he venido para que tengan vida, y para que tengan en abundancia. 11 YO SOY el buen pastor; el buen pastor su alma da por ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, ve al lobo que viene, y deja las ovejas, y huye, y el lobo las arrebata, y esparce las ovejas. 13 Así que, el asalariado, huye, porque es asalariado, y las ovejas no le pertenecen. 14 YO SOY el buen Pastor; y conozco mis , y las mías me conocen. 15 Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi alma por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este corral, aquellas también me conviene traer, y oirán mi voz; y se hará un corral, y habrá un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi alma, para volverla a tomar. 18 Nadie la quita, mas yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. 19 Y volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. 20 Y muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿para qué le oís? 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado; ¿puede un demonio abrir los ojos de los ciegos? 22 Y se hacían las Encenias en Jerusalén; y era invierno; 23 Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo quitas nuestra alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Les respondió Jesús: Os he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí; 26 mas vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen; 28 y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre una cosa somos. 31 Entonces volvieron a tomar piedras los judíos para apedrearle. 32 Les respondió Jesús: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre, ¿por cuál obra de esas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por la buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia; y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? 35 Si dijo, dioses, a aquellos a los cuales fue hecha palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿a quien el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? 37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. 38 Mas si hago, y aunque a mí no creáis, creed a las obras; para que conozcáis y creáis que el Padre es en mí, y yo en él. 39 Por eso procuraban otra vez prenderle; mas él se salió de sus manos; 40 Y se volvió al otro lado del Jordán, a aquel lugar donde primero había estado bautizando Juan; y permaneció allí. 41 Y muchos venían a él, y decían que Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. 42 Y muchos creyeron allí en él.
Capítulo 11
1 Estaba entonces enfermo uno Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana. 2 (Y María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con ungüento, y limpió sus pies con sus cabellos) 3 Enviaron, pues, sus hermanas a él, diciendo: Señor, he aquí, el que amas está enfermo. 4 Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. 5 Y amaba Jesús a Marta, y a su hermana, y a Lázaro. 6 Cuando oyó pues que estaba enfermo, permaneció aún dos días en aquel lugar donde estaba. 7 Luego, después de esto, dijo a sus discípulos: Vamos a Judea otra vez. 8 Le dicen los discípulos: Rabí, antes procuraban los Judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anduviere de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo. 10 Mas el que anduviere de noche, tropieza, porque no hay luz en él. 11 Dicho esto, les dice después: Lázaro nuestro amigo duerme; mas voy a despertarle del sueño. 12 Le dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, salvo estará. 13 Mas esto decía Jesús de la muerte de él; y ellos pensaron que hablaba del sueño de dormir. 14 Entonces, pues, Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; 15 y me alegro por vosotros, que yo no haya estado allí, para que creáis; mas vamos a él. 16 Dijo entonces Tomás, el que se dice el Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también nosotros, para que muramos con él. 17 Vino pues Jesús, y halló que hacía ya cuatro días en el sepulcro. 18 Y Betania estaba cerca de Jerusalén, como quince estadios; 19 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, a consolarlas de su hermano. 20 Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a recibirle; mas María se estuvo en la casa. 21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto; 22 mas también sé ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te dará Dios. 23 Le dice Jesús: Resucitará tu hermano. 24 Marta le dice: sé que resucitará en la resurrección en el día postrero. 25 Le dice Jesús: YO SOY la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? 27 Le dice: Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo. 28 Y dicho esto, se fue, y llamó en secreto a María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama. 29 Ella, cuando oyó, se levantó prestamente y vino a él. 30 (Que aún no había llegado Jesús a la aldea, mas estaba en aquel lugar donde Marta le había salido a recibir.) 31 Entonces los judíos que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que María se había levantado prestamente, y había salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar allí. 32 Mas María, como vino donde estaba Jesús, viéndole, se derribó a sus pies, diciéndole: Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano. 33 Jesús entonces, como la vio llorando, y a los judíos que habían venido juntamente con ella llorando, se embraveció en Espíritu, se alborotó a sí mismo, 34 y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dicen: Señor, ven, y ve. 35 Y lloró Jesús. 36 Dijeron entonces los judíos: Mirad cómo le amaba. 37 Y unos de ellos dijeron: ¿No podía éste que abrió los ojos al ciego, hacer que éste no muriera? 38 Y Jesús, por eso, embraveciéndose otra vez en sí mismo, vino al sepulcro donde había una cueva, la cual tenía una piedra encima. 39 Dice Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que se había muerto, le dice: Señor, hiede ya, que es de cuatro días. 40 Jesús le dice: ¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios? 41 Entonces quitaron la piedra de donde el muerto había sido puesto. Y Jesús, alzando los ojos arriba, dijo: Padre, gracias te doy que me has oído. 42 Que yo sabía que siempre me oyes; mas por causa de la compañía que está alrededor, dije, para que crean que tú me has enviado. 43 Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: Lázaro, ven fuera. 44 Entonces el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro estaba envuelto en un sudario. Les dice Jesús: Desatadle, y dejadle ir. 45 Entonces muchos de los judíos que habían venido a María, y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él. 46 Mas unos de ellos fueron a los fariseos, y les dijeron lo que Jesús había hecho. 47 Y los sumo sacerdotes y los fariseos juntaron concilio, y decían: ¿Qué hacemos? Porque este hombre hace muchas señales. 48 Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y quitarán nuestro lugar y la nación. 49 Y Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote de aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada; 50 ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda. 51 Mas esto no lo dijo de sí mismo; sino que, como era el sumo sacerdote de aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación; 52 y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban dispersos. 53 Así que, desde aquel día consultaban juntos para matarle. 54 De manera que Jesús ya no andaba manifiestamente entre los judíos; mas se fue de allí a la tierra que está junto al desierto, a una ciudad que se llama Efraín; y se estaba allí con sus discípulos. 55 Y la Pascua de los judíos estaba cerca; y muchos subieron de la tierra a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse; 56 y buscaban a Jesús, y hablaban los unos con los otros estando en el Templo: ¿Qué os parece? ¿Qué no vendrá a la fiesta? 57 Y los sumo sacerdotes y los fariseos habían dado mandamiento, que si alguno supiese dónde estuviera, lo manifestase, para que le prendiesen.
Capítulo 12
1 Jesús, pues, seis días antes de la Pascua, vino a Betania, donde Lázaro había sido muerto, al cual había resucitado de los muertos. 2 Y le hicieron allí una cena y Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa juntamente con él. 3 Entonces María tomó una libra de ungüento de nardo líquido, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y limpió sus pies con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del ungüento. 4 Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote, de Simón, el que le había de entregar: 5 ¿Por qué no se ha vendido este ungüento por trescientos denarios, y se dio a los pobres? 6 Mas dijo esto, no por el cuidado que él tenía de los pobres, sino porque era ladrón, y tenía la bolsa, y sustraía lo que se echaba . 7 Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto; 8 porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, mas a mí no siempre me tendréis. 9 Entonces muchos pueblo de los judíos supieron que él estaba allí; y vinieron no solamente por causa de Jesús, sino también por ver a Lázaro, al cual había resucitado de los muertos. 10 Consultaron asimismo los príncipes de los sacerdotes, sobre matar también a Lázaro; 11 porque muchos de los judíos iban y creían en Jesús por causa de él. 12 El siguiente día, la multitud que había venido al día de la Fiesta, cuando oyeron que Jesús venía a Jerusalén, 13 tomaron ramos de palmas, y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna, Bendito el que viene en el Nombre del Señor, el Rey de Israel! 14 Y halló Jesús un asnillo, y se sentó sobre él, como está escrito: 15 No temas, oh hija de Sión: he aquí tu Rey viene, sentado sobre un pollino de asna. 16 Mas estas cosas no las entendieron sus discípulos primero; pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron que estas cosas estaban escritas de él, y que le hicieron estas cosas. 17 Y la multitud que estaba con él, daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del sepulcro, y le resucitó de los muertos. 18 Por lo cual también había venido la multitud a recibirle, porque habían oído que él había hecho esta señal; 19 mas los fariseos dijeron entre sí: ¿Veis que nada aprovecháis? He aquí, que todo el mundo se va tras de él. 20 Y había unos griegos de los que habían subido a adorar en la Fiesta. 21 Estos pues, se llegaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, querríamos ver a Jesús. 22 Vino Felipe, y lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe, lo dicen a Jesús. 23 Entonces Jesús les respondió, diciendo: La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser clarificado. 24 De cierto, de cierto os digo, que si el grano que cae en la tierra, no muriere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva. 25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Al que me sirviere, mi Padre le honrará. 27 Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? Padre, sálvame de esta hora; mas por esto he venido en esta hora. 28 Padre, clarifica tu Nombre. Entonces vino una voz del cielo: Y lo he clarificado, y lo clarificaré otra vez. 29 Y el pueblo que estaba presente, y había oído, decía que había sido trueno. Otros decían: ángel le ha hablado. 30 Respondió Jesús, y dijo: No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo. 33 Y esto decía señalando de qué muerte había de morir. 34 Le respondió el pueblo: Nosotros hemos oído de la ley, que el Cristo permanece para siempre, ¿cómo pues dices tú: Conviene que el Hijo del hombre sea levantado? ¿Quién es este Hijo del hombre? 35 Entonces Jesús les dice: Aún por un poco estará la Luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os tomen las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe dónde va. 36 Entre tanto que tenéis la Luz, creed en la Luz, para que seáis hijos de Luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue, y se escondió de ellos. 37 Pero habiendo hecho delante de ellos tantas señales, no creían en él. 38 Para que se cumpliese la palabra que dijo el profeta Isaías: ¿Señor, quién creerá a nuestro dicho? ¿Y el brazo del Señor, a quién es revelado? 39 Por esto no podían creer, porque otra vez dijo Isaías: 40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan de corazón, Y se conviertan, y los sane. 41 Estas cosas dijo Isaías cuando vio su gloria, y habló de él. 42 Con todo eso, aun de los príncipes, muchos creyeron en él; mas por causa de los fariseos no lo confesaban, para no ser echados de la sinagoga. 43 Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios. 44 Mas Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió; 45 y el que me ve, ve al que me envió. 46 Yo, la Luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas. 47 Y el que oyere mis palabras, y no creyere, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me desecha, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado de mí mismo; mas el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna; así que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, así hablo.
Mo | Tu | We | Th | Fr | Sa | Su |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | |||
5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 |
12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 |
19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 |
26 | 27 | 28 | 29 | 30 |
Hier können Sie es. Lukas119.de bietet den ersten deutschsprachigen interaktiven Bibelleseplan online. Und das besondere daran: unser Bibelleseplan ist thematisch gegliedert und damit eine interessante und willkommene Alternative zum üblichen: "...heute fangen wir mal mit 1. Mose 1 an und in 52 Wochen sind wir fertig"... Unser Bibelleseplan führt Sie innerhalb eines Jahres durch die ganze Bibel - und da gibt es viel zu entdecken! Entscheiden Sie selbst, zu welcher Tageszeit Sie die jeweiligen Tagesabschnitte online aufrufen.
Wenn Sie vielleicht schon lange vorhaben, innerhalb eines Jahres die ganze Bibel zu lesen und eigentlich nur auf die passende Gelegenheit warten - oder bislang vergeblich nach einer guten Online-Möglichkeit Ausschau hielten - dann starten Sie doch einfach jetzt direkt bei Lukas119.
An dieser Stelle bedanken wir uns bei Michael Coley von www.bible-reading.com mit dessen freundlicher Genehmigung der von ihm entwickelte Bibelleseplan mit thematischer Gliederung bei uns verwendet werden kann.
Besondere Anerkennung gilt auch dem Programmierer-Team von Lukas119, das die technische Umsetzung dieses Projektes schnell und effektiv realisiert hat ;)
Unser Bibelleseplan wird zur Zeit in Deutsch, Englisch und Französisch angeboten. Wir befinden uns im Beta-Stadium unseres Projektes. Daher bitten wir um Verständnis, falls unser Bibelleseplan derzeit noch nicht voll funktionsfähig sein sollte. Wir sind für Feedback und Anregungen dankbar.