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Capítulo 19
1 Y tú levanta endecha sobre los príncipes de Israel. 2 Y dirás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! Entre los leoncillos crió sus cachorros. 3 E hizo subir uno de sus cachorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a prender presa, y a devorar hombres. 4 Y los gentiles oyeron de él; fue tomado con el lazo de ellos, y lo llevaron con grillos a la tierra de Egipto. 5 Y viendo que había esperado mucho tiempo, y que se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros, y lo puso por leoncillo. 6 Y él andaba entre los leones; se hizo leoncillo, aprendió a hacer presa, devoró hombres. 7 Y conoció sus viudas, y asoló sus ciudades; y la tierra fue asolada, y su abundancia, a la voz de su bramido. 8 Y dieron sobre él los gentiles de las provincias de su alrededor, y extendieron sobre él su red; fue preso en su hoyo. 9 Y lo pusieron en cárcel con cadenas, y lo llevaron al rey de Babilonia; lo metieron en fortalezas, para que su voz no se oyese más sobre los montes de Israel. 10 Tu madre fue como una vid en tu sangre, plantada junto a las aguas, haciendo fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas. 11 Y ella tuvo varas fuertes para cetros de señores; y se levantó su estatura por encima entre las ramas, y fue vista en su altura, y con la multitud de sus sarmientos. 12 Pero fue arrancada con ira, derribada en tierra, y viento solano secó su fruto; fueron quebradas y se secó; fuego consumió la vara de su fuerza. 13 Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y de aridez. 14 Y salió fuego de la vara de sus ramas, que consumió su fruto, y no quedó en ella vara fuerte, cetro para enseñorear. Endecha es ésta, y de endecha servirá.
Capítulo 20
1 Y aconteció en el año séptimo, en el quinto, a los diez del mes, vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar al SEÑOR, y se sentaron delante de mí. 2 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 3 Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles: Así dijo el Señor DIOS: ¿A consultarme venís vosotros? Vivo yo, que yo no os responderé, dijo el Señor DIOS. 4 ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Notifícales las abominaciones de sus padres; 5 y diles: Así dijo el Señor DIOS: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano por la simiente de la Casa de Jacob, y que fui conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano a ellos, diciendo: Yo el SEÑOR vuestro Dios; 6 aquel día que les alcé mi mano, , que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras; 7 entonces les dije: Cada uno eche de sí culto de dios fabricado por su carnal parecer, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo el SEÑOR vuestro Dios. 8 Mas ellos rebelaron contra mí, y no quisieron escucharme; no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto. 9 Con todo, obré a causa de mi Nombre, para que no se infamase en los ojos de los gentiles en medio de los cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido de ellos, para sacarlos de tierra de Egipto. 10 Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto; 11 y les di mis ordenanzas, y les declaré mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos. 12 Y les di también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo el SEÑOR que los santifico. 13 Mas se rebeló contra mí la Casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos. 14 Pero obré a causa de mi Nombre para que no se infamase a la vista de los gentiles, delante de cuyos ojos los saqué. 15 Y también yo les alcé mi mano en el desierto, , que no los metería en la tierra que di, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras; 16 porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron; porque tras sus ídolos iba su corazón. 17 Con todo, los perdonó mi ojo, no matándolos, ni los consumí en el desierto; 18 antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni os contaminéis con sus ídolos. 19 Yo el SEÑOR vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y guardad mis derechos, y ponedlos por obra; 20 y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo el SEÑOR vuestro Dios. 21 Y los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. 22 Mas retraje mi mano, y obré por causa de mi Nombre para que no se infamase a vista de los gentiles, delante de cuyos ojos los saqué. 23 Y también les alcé yo mi mano en el desierto, , que los esparciría entre los gentiles, y que los aventaría por las tierras; 24 porque no pusieron por obra mis derechos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos. 25 Por eso también les di ordenanzas no buenas, y derechos por los cuales no viviesen; 26 y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar todo primogénito, para que los desolase, a fin de que supiesen que yo el SEÑOR. 27 Por tanto, hijo de hombre, habla a la Casa de Israel, y diles: Así dijo el Señor DIOS: Aun en esto me blasfemaron vuestros padres cuando cometieron contra mí rebelión. 28 Porque los metí en la tierra sobre la cual había alzado mi mano que les había de dar, y miraron a todo collado alto, y a todo árbol espeso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron la irritación de sus ofrendas, allí pusieron el olor de su suavidad, y allí derramaron sus libaciones. 29 Y les dije: ¿Qué ese alto adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy. 30 Di, pues, a la Casa de Israel: Así dijo el Señor DIOS: ¿Por ventura no os contamináis vosotros a la manera de vuestros padres, y fornicáis tras sus abominaciones? 31 Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy, ¿y he de responderos yo, Casa de Israel? Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que no os responderé. 32 Y no ha de ser lo que habéis pensado. Porque vosotros decís: Seamos como los gentiles, como las familias de las naciones, sirviendo a la madera y a la piedra. 33 Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, tengo que reinar sobre vosotros; 34 y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado; 35 y os he de traer al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. 36 Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dijo el Señor DIOS. 37 Y os haré pasar bajo vara y os traeré en vínculo del pacto; 38 y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus destierros los sacaré, y a la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy el SEÑOR. 39 Y vosotros, oh Casa de Israel, así dijo el Señor DIOS: Andad cada uno tras sus ídolos, y servidles, pues que a mí no escuchéis; y no profanéis más mi santo Nombre con vuestras ofrendas, y con vuestros ídolos. 40 Porque en el monte de mi Santidad, en el alto monte de Israel, dijo el Señor DIOS, allí servirá toda la Casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los querré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas. 41 Con olor de suavidad os aceptaré, cuando os hubiere sacado de entre los pueblos, y os hubiere juntado de las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros en los ojos de los gentiles. 42 Y sabréis que yo el SEÑOR, cuando os hubiere metido en la tierra de Israel, en la tierra por la cual alcé mi mano que la daría a vuestros padres. 43 Y allí os acordaréis de vuestros caminos, y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis; y os avergonzaréis de vosotros mismos por todos vuestros pecados que cometisteis. 44 Y sabréis que yo el SEÑOR, cuando hiciere con vosotros por causa de mi Nombre, no según vuestros caminos malos, ni según vuestras perversas obras, oh Casa de Israel, dijo el Señor DIOS. 45 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 46 Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el mediodía, y derrama al mediodía, y profetiza contra el bosque del campo del mediodía. 47 Y dirás al bosque del mediodía: Oye palabra del SEÑOR: Así dijo el Señor DIOS: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde, y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos rostros, desde el mediodía hasta el aquilón. 48 Y verá toda carne que yo, el SEÑOR, lo encendí; no se apagará. 49 Y dije: ¡Ah, Señor DIOS! Ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
Capítulo 21
1 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 2 Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama sobre los santuarios, y profetiza sobre la tierra de Israel; 3 y dirás a la tierra de Israel: Así dijo el SEÑOR: He aquí, que yo contra ti, y sacaré mi cuchillo de su vaina, y talaré de ti al justo y al impío. 4 Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por tanto, mi cuchillo saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón: 5 y sabrá toda carne que yo, el SEÑOR, saqué mi cuchillo de su vaina; no lo envainaré más. 6 Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos, y con amargura; gime delante de los ojos de ellos. 7 Y será, que cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? Dirás: Por la noticia que viene; y todo corazón se desleirá, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla se irá en aguas; he aquí que viene, y se hará, dijo el Señor DIOS. 8 Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo: 9 Hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS: Di: El cuchillo, el cuchillo está afilado, y aun acicalado; 10 para degollar víctimas está afilado, acicalado está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? menospreciando a la vara de mi hijo como a todo árbol. 11 Y lo dio a acicalar para tenerlo en la mano; el cuchillo está afilado, y está acicalado, para entregarlo en mano del matador. 12 Clama y aúlla, oh hijo de hombre; porque éste será sobre mi pueblo, será él sobre todos los príncipes de Israel. Temores de cuchillo serán a mi pueblo; por tanto, hiere el muslo; 13 porque prueba. Y qué si no menospreciase la vara, dijo el Señor DIOS. 14 Tú, pues, hijo de hombre, profetiza y bate una mano con otra, y dóblese el cuchillo la tercera vez, el cuchillo de muertos; éste es cuchillo de gran matanza que los penetrará, 15 Para que el corazón desmaye, y las ruinas se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de cuchillo. ¡Ay! Que es hecho para que relumbre, y es aderezado para degollar. 16 Ponte a una parte, ponte a la diestra, o ponte a la siniestra, hacia donde tu rostro se determinare. 17 Y yo también batiré mi mano con mi mano, y haré descansar mi ira. Yo, el SEÑOR, he hablado. 18 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 19 Y tú, hijo de hombre, señálate dos caminos por donde venga el cuchillo del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos: y pinta un ejército; en el principio del camino de la ciudad lo harás. 20 El camino señalarás por donde venga el cuchillo a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén la fuerte. 21 Porque el rey de Babilonia se paró en una encrucijada, al principio de dos caminos, para tomar adivinación; acicaló saetas, consultó en ídolos, miró el hígado. 22 La adivinación fue a su mano derecha, sobre Jerusalén, para poner capitanes, para abrir la boca a la matanza, para levantar la voz en grito, para poner ingenios contra las puertas, para fundar baluarte, y edificar fuerte. 23 Y les será como adivinación mentirosa en sus ojos, juramentados con juramento a ellos; mas él trae a la memoria la maldad, para prenderlos. 24 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto habéis hecho venir en memoria vuestras maldades, manifestando vuestras traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras obras; por cuanto habéis venido en memoria, seréis tomados con mano. 25 Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo día es venido en el tiempo de la consumación de la maldad; 26 así dijo el Señor DIOS: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; al bajo alzaré, y al alto abatiré. 27 Del revés, del revés, del revés la tornaré; y no será esto más, hasta que venga aquel de quién el derecho, y se lo entregaré. 28 Y tú, hijo de hombre, profetiza, y di: Así dijo el Señor DIOS sobre los hijos de Amón, y su oprobio. Dirás pues: El cuchillo, el cuchillo está desenvainado para degollar; acicalado para consumir con resplandor. 29 Te profetizan vanidad, te adivinan mentira, para entregarte con los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día es venido en tiempo de la consumación de la maldad. 30 ¿Lo volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te tengo que juzgar. 31 Y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré soplar sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción. 32 Del fuego serás para ser consumido; tu sangre será en medio de la tierra; no habrá más memoria de ti: porque yo, el SEÑOR, he hablado.
Capítulo 22
1 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 2 Y tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de la sangre inocente, y le mostrarás todas sus abominaciones? 3 Dirás, pues: Así dijo el Señor DIOS: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse! 4 En tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado con tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tus días, y has llegado a tus años; por tanto, te he dado en oprobio a los gentiles, y en escarnio a todas las tierras. 5 Las que están cerca, y las que están lejos de ti, se reirán de ti, amancillada de fama, y de grande turbación. 6 He aquí que los príncipes de Israel, cada uno según su poder, fueron en ti para derramar sangre. 7 Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con calumnia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti. 8 Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado. 9 Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti suciedades. 10 La desnudez del padre descubrieron en ti; la inmunda de menstruo forzaron en ti. 11 Y cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo; y cada uno contaminó su nuera torpemente; y cada uno forzó en ti a su hermana, hija de su padre. 12 Precio recibieron en ti para derramar sangre; usura y logro tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dijo el Señor DIOS. 13 Y he aquí, que herí mi mano a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de tus sangres que fueron en medio de ti. 14 ¿Estará tu corazón? ¿Tus manos serán fuertes en los días que obraré yo contra ti? Yo, el SEÑOR, he hablado, y haré. 15 Y te esparciré por los gentiles, y te aventaré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia. 16 Y tomarás heredad en ti a los ojos de los gentiles; y sabrás que yo el SEÑOR. 17 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 18 Hijo de hombre, la Casa de Israel se me ha tornado en escoria; todos ellos bronce, y estaño, y hierro, y plomo, en medio del horno; escorias de plata se tornaron. 19 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto todos vosotros os habéis tornado en escorias, por tanto, he aquí que yo os junto en medio de Jerusalén. 20 junta plata y bronce y hierro y plomo y estaño en medio del horno, para soplar fuego en él para fundir; así os juntaré en mi furor y en mi ira, y haré reposar, y os fundiré. 21 os juntaré y soplaré sobre vosotros en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos. 22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos en medio de él; y sabréis que yo, el SEÑOR, habré derramado mi enojo sobre vosotros. 23 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 24 Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor. 25 La conjuración de sus profetas en medio de ella, como león bramando que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella. 26 Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios, entre santo y profano no hicieron diferencia, ni entre inmundo y limpio hicieron manifestación; y de mis sábados escondieron sus ojos, y era profanado en medio de ellos. 27 Sus príncipes en medio de ella como lobos que arrebataban presa, derramando sangre, para destruir las almas, para seguir su avaricia. 28 Y sus profetas los pañetaban con lodo suelto, profetizándoles vanidad, y adivinándoles mentira, diciendo: Así dijo el Señor DIOS; y el SEÑOR no había hablado. 29 El pueblo de la tierra usaba de opresión, y cometía robo, y al pobre y menesteroso hacían violencia, y al extranjero oprimían sin derecho. 30 Y busqué de ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese al portillo delante de mí por la tierra, para que no la destruyese; y no lo hallé. 31 Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el fuego de mi ira los consumí; torné el camino de ellos sobre su cabeza, dijo el Señor DIOS.
Capítulo 23
1 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 2 Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, 3 las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad. 4 Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron, Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. 5 Y Ahola cometió fornicación en mi poder; y se enamoró de sus amantes, los asirios sus vecinos, 6 vestidos de cárdeno, capitanes y príncipes, mancebos todos de codiciar, caballeros que andaban a caballo. 7 Y puso sus fornicaciones con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. 8 Y no dejó sus fornicaciones de Egipto, porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su fornicación. 9 Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. 10 Ellos descubrieron sus vergüenzas, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a cuchillo; y vino a ser de nombre entre las mujeres, pues en ella hicieron juicios. 11 Y lo vio su hermana Aholiba, y corrompió su amor más que ella; y sus fornicaciones, más que las fornicaciones de su hermana. 12 Se enamoró de los hijos de los asirios, vecinos, capitanes y príncipes, vestidos en perfección, caballeros que andaban a caballo, todos ellos mancebos de codiciar. 13 Y vi que se había contaminado, un camino el de ambas. 14 Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, 15 ceñidos de talabartes por sus lomos, y mitras pintadas en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de caldeos, 16 se enamoró de ellos viéndolos, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. 17 Y entraron a ella los hombres de Babilonia a la cama de los amores, y la contaminaron con su fornicación; y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hartó de ellos. 18 Así hizo patentes sus fornicaciones, y descubrió sus vergüenzas; por lo cual mi alma se hartó de ella, como se había ya hartado mi alma de su hermana. 19 Aun multiplicó sus fornicaciones trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. 20 Y se enamoró de sus rufianes, cuya carne carne de asnos, y cuyo flujo flujo de caballos. 21 Así tornaste a la memoria la suciedad de tu juventud, cuando estrujaron tus pechos en Egipto por los pechos de tu mocedad. 22 Por tanto, Aholiba, así dijo el Señor DIOS: He aquí que yo despierto tus amantes contra ti, de los cuales se hartó tu deseo, y les haré venir contra ti en derredor; 23 los de Babilonia, y todos los caldeos, mayordomos, y príncipes, y capitanes, todos los de Asiria con ellos; mancebos todos ellos de codiciar, capitanes y príncipes, todos ellos; nobles y principales, que montan a caballo todos ellos. 24 Y vendrán sobre ti carros, carretas, y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, y paveses, y capacetes pondrán contra ti en derredor; y yo daré el juicio delante de ellos, y por sus leyes te juzgarán. 25 Y pondré mi celo contra ti, y obrarán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas; y lo que te quedare caerá a cuchillo. Ellos tomarán tus hijos y tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. 26 Y te desnudarán de tus vestidos, y tomarán los vasos de tu gloria. 27 Y haré cesar de ti tu suciedad, y tu fornicación de la tierra de Egipto; ni más levantarás a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto. 28 Porque así dijo el Señor DIOS: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que tú aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hartó tu deseo; 29 los cuales obrarán contigo con odio, y tomarán todo lo que tú trabajaste, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la torpeza de tus fornicaciones, y tu suciedad, y tus fornicaciones. 30 Estas cosas se harán contigo, porque fornicaste en pos de los gentiles, con los cuales te contaminaste con sus ídolos. 31 En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano. 32 Así dijo el Señor DIOS: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana; de ti se mofarán los gentiles, y te escarnecerán; de gran cabida . 33 Serás llena de embriaguez y de dolor cáliz de soledad y de asolamiento, cáliz de tu hermana Samaria. 34 Lo beberás pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y tus pechos arrancarás; porque yo he hablado, dijo el Señor DIOS. 35 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu suciedad y tus fornicaciones. 36 Y me dijo el SEÑOR: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola, y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones? 37 Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun sus hijos que me habían engendrado, hicieron pasar a ellos, quemándolos. 38 Aun esto más me hicieron; contaminaron mi Santuario en aquel día, y profanaron mis sábados; 39 pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, se entraban en mi Santuario el mismo día para contaminarlo y he aquí, así hicieron en medio de mi Casa. 40 Y cuanto más, que enviaron por hombres que vienen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero; y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos; 41 y te sentaste sobre suntuoso estrado, y fue adornada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi perfume y mi óleo. 42 Y se oyó en ella voz de compañía en fiesta; y con los varones fueron traídos los sabeos del desierto para multiplicar los hombres; y pusieron manillas sobre sus manos, y coronas de gloria sobre sus cabezas. 43 Y dije a la envejecida en adulterios: Ahora fenecerán sus fornicaciones, y ella ; 44 porque han venido a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a las sucias mujeres, Ahola y a Aholiba. 45 Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y hay sangre en sus manos. 46 Por lo que así dijo el Señor DIOS: haré subir contra ellas compañía, las entregaré a turbación y a rapiña; 47 y la compañía las apedrearán con piedras, y las acuchillarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego. 48 Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según vuestra suciedad. 49 Y sobre vosotras pondrán vuestra lujuria, y llevaréis los pecados de vuestros ídolos; y sabréis que yo el Señor DIOS.
Capítulo 24
1 Y vino Palabra del SEÑOR a mí en el noveno año, en el décimo, a los diez del mes, diciendo: 2 Hijo de hombre, escríbete el nombre de este día; el rey de Babilonia puso sitio sobre Jerusalén este mismo día. 3 Y habla a la casa de rebelión por parábola, y diles: Así dijo el Señor DIOS: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua; 4 junta sus piezas en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos. 5 Toma una oveja escogida; y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella. 6 Pues así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de la ciudad de sangre, de la olla no espumada, y cuya espuma no salió de ella! Por sus piezas, por sus piezas sácala; no caiga sobre ella suerte ( ). 7 Porque su sangre fue en medio de ella; sobre la cima de la piedra la puso; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo. 8 Para hacer subir la ira para hacer venganza, yo puse su sangre sobre el lugar alto de la piedra, para que no sea cubierta. 9 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: ¡Ay de la ciudad de sangre! Pues también haré yo gran hoguera, 10 multiplicando la leña, encendiendo el fuego, para consumir la carne, y hacer la salsa; y los huesos serán quemados; 11 asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su espuma. 12 En fraude se cansó, y nunca salió de ella su mucha espuma. En fuego será su espuma consumida. 13 En tu suciedad perversa , porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu suciedad; nunca más te limpiarás, hasta que yo haga descansar mi ira sobre ti. 14 Yo, el SEÑOR, hablé; vine, e hice. No me tornaré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dijo el Señor DIOS. 15 Y vino Palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 16 Hijo de hombre, he aquí que yo te quito por muerte el deseo de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. 17 Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de consuelo. 18 Y hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado. 19 Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué nos estas cosas que tú haces? 20 Y les dije: Palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: 21 Di a la Casa de Israel: Así dijo el Señor Dios: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestra fortaleza, el deseo de vuestros ojos, y el regalo de vuestra alma; vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis, caerán a cuchillo. 22 Y haréis de la manera que hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres; 23 y vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros. 24 Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; al venir esto, entonces sabréis que yo el Señor DIOS. 25 Y tú, hijo de hombre, el día que quitare de ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deseo de sus ojos, y el cuidado de sus almas, sus hijos y sus hijas, 26 este día vendrá a ti escapado para traer las nuevas. 27 En aquel día se abrirá tu boca con el escapado, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo el SEÑOR.
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An dieser Stelle bedanken wir uns bei Michael Coley von www.bible-reading.com mit dessen freundlicher Genehmigung der von ihm entwickelte Bibelleseplan mit thematischer Gliederung bei uns verwendet werden kann.
Besondere Anerkennung gilt auch dem Programmierer-Team von Lukas119, das die technische Umsetzung dieses Projektes schnell und effektiv realisiert hat ;)
Unser Bibelleseplan wird zur Zeit in Deutsch, Englisch und Französisch angeboten. Wir befinden uns im Beta-Stadium unseres Projektes. Daher bitten wir um Verständnis, falls unser Bibelleseplan derzeit noch nicht voll funktionsfähig sein sollte. Wir sind für Feedback und Anregungen dankbar.