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Capítulo 11
1 Y subió Nahas amonita, y asentó campamento contra Jabes de Galaad. Y todos los de Jabes dijeron a Nahas: Haz alianza con nosotros, y te serviremos. 2 Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel. 3 Entonces los ancianos de Jabes le dijeron: Danos siete días, para que enviemos mensajeros a todos los términos de Israel; y si nadie hubiere que nos defienda, saldremos a ti. 4 Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró a alta voz. 5 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los varones de Jabes. 6 Y el Espíritu de Dios arrebató a Saúl en oyendo estas palabras, y se encendió en ira en gran manera. 7 Y tomando un par de bueyes, los cortó en piezas, y los envió por todos los términos de Israel por mano de mensajeros, diciendo: Cualquiera que no saliere en pos de Saúl y en pos de Samuel, así será hecho a sus bueyes. Y cayó temor del SEÑOR sobre el pueblo, y salieron como un hombre. 8 Y les contó en Bezec; y fueron los hijos de Israel trescientos mil, y treinta mil los varones de Judá. 9 Y respondieron a los mensajeros que habían venido: Así diréis a los de Jabes de Galaad: Mañana al calentar el sol, tendréis salud. Y vinieron los mensajeros, y lo declararon a los de Jabes, los cuales se alegraron. 10 Y los de Jabes dijeron: Mañana saldremos a vosotros, para que hagáis con nosotros todo lo que bien os pareciere. 11 Y el día siguiente Saúl puso el pueblo en orden en tres escuadrones, y entraron en medio del real a la vela de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentaba; y los que quedaron fueron dispersos, que no quedaron dos de ellos juntos. 12 El pueblo entonces dijo a Samuel: ¿Quiénes los que decían: Reinará Saúl sobre nosotros? Dadnos hombres, y los mataremos. 13 Y Saúl dijo: No morirá hoy ninguno, porque hoy ha obrado el SEÑOR salud en Israel. 14 Mas Samuel dijo al pueblo: Venid, vamos a Gilgal para que renovemos allí el reino. 15 Y fue todo el pueblo a Gilgal, e invistieron allí a Saúl por rey delante del SEÑOR en Gilgal. Y sacrificaron allí víctimas pacíficas delante del SEÑOR; y se alegraron mucho allí Saúl y todos los de Israel.
Capítulo 12
1 Y dijo Samuel a todo Israel: He aquí, he oído vuestra voz en todas las cosas que me habéis dicho, y os he puesto rey. 2 Ahora, pues, he aquí vuestro rey va delante de vosotros. Yo soy ya viejo y cano; mas mis hijos están con vosotros, y yo he andado delante de vosotros desde mi juventud hasta este día. 3 Aquí estoy; atestiguad contra mí delante del SEÑOR y delante de su ungido, si he tomado el buey de alguno, o si he tomado el asno de alguno, o si he calumniado a alguien, o si he agraviado a alguno, o si de alguien he tomado cohecho por el cual haya cubierto mis ojos; y os satisfaré. 4 Entonces dijeron: Nunca nos has calumniado, ni agraviado, ni has tomado algo de mano de ningún hombre. 5 Y él les dijo: El SEÑOR testigo contra vosotros, y su ungido también testigo en este día, que no habéis hallado en mi mano cosa ninguna. Y respondieron: Así es. 6 Entonces Samuel dijo al pueblo: el SEÑOR es quien hizo a Moisés y a Aarón, y que sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto. 7 Ahora, pues, aguardad, y os pondré demanda delante del SEÑOR de todas las justicias del SEÑOR, que ha hecho con vosotros y con vuestros padres. 8 Después que Jacob hubo entrado en Egipto y vuestros padres clamaron al SEÑOR, el SEÑOR envió a Moisés y a Aarón, los cuales sacaron a vuestros padres de Egipto, y los hicieron habitar en este lugar. 9 Y olvidaron al SEÑOR su Dios, y él los vendió en la mano de Sísara capitán del ejército de Hazor, y en la mano de los filisteos, y en la mano del rey de Moab, los cuales les hicieron guerra. 10 Y ellos clamaron al SEÑOR, y dijeron: Pecamos, que hemos dejado al SEÑOR, y hemos servido a los baales y a Astarot; líbranos, pues, ahora de la mano de nuestros enemigos, y te serviremos. 11 Entonces el SEÑOR envió a Jerobaal, y a Bedán, y a Jefté, y a Samuel, y os libró de mano de vuestros enemigos alrededor, y habitasteis seguros. 12 Y habiendo visto que Nahas rey de lo hijos de Amón venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino rey reinará sobre nosotros; siendo vuestro Rey el SEÑOR vuestro Dios. 13 Ahora, pues, ved aquí vuestro rey que habéis elegido, el cual pedisteis; ya veis que el SEÑOR ha puesto sobre vosotros rey. 14 Si temiereis al SEÑOR y le sirviereis, y oyereis su voz, y no fuereis rebeldes a la palabra del SEÑOR, así vosotros como el rey que reina sobre vosotros, seréis en pos del SEÑOR vuestro Dios. 15 Mas si no oyereis la voz del SEÑOR, y si fuereis rebeldes a las palabras del SEÑOR, la mano del SEÑOR será contra vosotros como contra vuestros padres. 16 Esperad aún ahora, y mirad esta gran cosa que el SEÑOR hará delante de vuestros ojos. 17 ¿No ahora la siega de los trigos? clamaré al SEÑOR, y dará truenos y aguas; para que conozcáis y veáis que grande vuestra maldad que habéis hecho en los ojos del SEÑOR, pidiéndoos rey. 18 Y Samuel clamó al SEÑOR; y el SEÑOR dio truenos y aguas en aquel día; y todo el pueblo temió en gran manera al SEÑOR y a Samuel. 19 dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos al SEÑOR tu Dios, que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido mal de pedir rey para nosotros. 20 Y Samuel respondió al pueblo: No temáis; vosotros habéis cometido todo este mal; mas con todo eso no os apartéis de en pos del SEÑOR, sino servid al SEÑOR con todo vuestro corazón. 21 No os apartéis en pos de las vanidades, que no aprovechan ni libran, porque son vanidades. 22 Pues el SEÑOR no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque el SEÑOR ha querido haceros pueblo suyo. 23 , lejos sea de mí que peque yo contra el SEÑOR cesando de rogar por vosotros; antes yo os enseñaré por el camino bueno y derecho. 24 Solamente temed al SEÑOR, y servidle de verdad con todo vuestro corazón, porque considerad cuán grandes cosas ha hecho con vosotros. 25 Mas si perseverareis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis.
Capítulo 13
1 Como un hijo de año era Saúl cuando a reinar; y dos años reinó sobre Israel, 2 cuando se escogió tres mil de Israel; los dos mil estuvieron con Saúl en Micmas y en el monte de Bet-el, y los mil estuvieron con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió a todo el otro pueblo cada uno a sus tiendas. 3 Y Jonatán hirió la guarnición de los filisteos que en el collado, y oyeron los filisteos. E hizo Saúl tocar trompeta por toda la tierra, diciendo: Oigan los hebreos. 4 Y todo Israel oyó lo que se decía: Saúl ha herido la guarnición de los filisteos; y también que Israel olía mal a los filisteos. Y se juntó el pueblo en pos de Saúl en Gilgal. 5 Entonces los filisteos se juntaron para pelear con Israel, treinta mil carros, y seis mil caballos, y pueblo como la arena que a la orilla del mar en multitud; y subieron, y asentaron campamento en Micmas, al oriente de Bet-avén. 6 Mas los hombres de Israel, viéndose puestos en estrecho, (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondió el pueblo en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas. 7 los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; y Saúl se estaba aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él temblando. 8 Y esperó siete días, conforme al plazo que Samuel ; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. 9 Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y sacrificios pacíficos. Y ofreció el holocausto. 10 Y cuando él acababa de hacer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl le salió a recibir para saludarle. 11 Entonces Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me iba, y que tú no venías al plazo de los días, y que los filisteos estaban juntos en Micmas, 12 dije: Los filisteos descenderán ahora contra mí a Gilgal, y no he rogado la faz del SEÑOR. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. 13 Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento del SEÑOR tu Dios, que él te había mandado; porque ahora el SEÑOR hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. 14 Mas ahora tu reino no estará: El SEÑOR se ha buscado varón según su corazón, al cual el SEÑOR ha mandado que sea capitán sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que el SEÑOR te mandó. 15 Y levantándose Samuel, subió de Gilgal a Gabaa de Benjamín. Y Saúl contó el pueblo que se hallaba con él, como seiscientos hombres. 16 Saúl, pues, y Jonatán su hijo, y el pueblo que con ellos se hallaba, se quedaron en Gabaa de Benjamín; mas los filisteos habían puesto su campamento en Micmas. 17 Y salieron del campamento de los filisteos tres escuadrones a destruir la tierra. Un escuadrón marchaba por el camino de Ofra hacia la tierra de Sual. 18 Otro escuadrón marchaba hacia Bet-horón, y el tercer escuadrón marchaba hacia la región que mira al valle de Zeboim hacia el desierto. 19 Y en toda la tierra de Israel no se hallaba herrero; porque los filisteos habían dicho: Para que por ventura los hebreos no hagan espada o lanza. 20 Y todos los de Israel descendían a los filisteos cada cual a amolar su reja, su azadón, su hacha, o su sacho, 21 y se hacían bocas en las rejas, o en los azadones, o en las horquillas, o en las hachas; hasta una ahijada que se hubiera de componer. 22 Así aconteció que el día de la batalla no se halló espada ni lanza en la mano de ninguno del pueblo que con Saúl y con Jonatán, excepto Saúl y Jonatán su hijo, que las tenían. 23 Y la guarnición de los filisteos salió al paso de Micmas.
Capítulo 14
1 Y un día aconteció, que Jonatán hijo de Saúl dijo a su criado que le traía las armas: Ven, y pasemos a la guarnición de los filisteos, que a aquel lado. Y no hizo saber a su padre. 2 Y Saúl estaba en el término de Gabaa, debajo de un granado que en Migrón, y el pueblo que con él como seiscientos hombres. 3 Y Ahías hijo de Ahitob, hermano de Icabod, hijo de Finees, hijo de Elí, sacerdote del SEÑOR en Silo, llevaba el efod; y no sabía el pueblo que Jonatán se hubiese ido. 4 Y entre los pasos por donde Jonatán procuraba pasar a la guarnición de los filisteos, un peñasco agudo de un lado, y otro del otro lado; el uno se llamaba Boses y el otro Sene. 5 Un peñasco situado al norte hacia Micmas, y el otro al mediodía hacia Gabaa. 6 Dijo, pues, Jonatán a su criado que le traía las armas: Ven, pasemos a la guarnición de estos incircuncisos; por ventura hará el SEÑOR por nosotros; que no es difícil al SEÑOR salvar con multitud o con poco número. 7 Y su paje de armas le respondió: Haz todo lo que tienes en tu corazón; ve, que aquí estoy contigo a tu voluntad. 8 Y Jonatán dijo: He aquí, nosotros pasaremos a hombres, y nos mostraremos a ellos. 9 Si nos dijeren así: Esperad hasta que lleguemos a vosotros; entonces nos estaremos en nuestro lugar, y no subiremos a ellos. 10 Mas si nos dijeren así: Subid a nosotros; entonces subiremos, porque el SEÑOR los ha entregado en nuestras manos; y esto nos por señal. 11 Se mostraron, pues, ambos a la guarnición de los filisteos, y los filisteos dijeron: He aquí los hebreos, que salen de las cavernas en que se habían escondido. 12 Y los varones de la guarnición respondieron a Jonatán y a su paje de armas, y dijeron: Subid a nosotros, y os haremos saber una cosa. Entonces Jonatán dijo a su paje de armas: Sube tras mí, que el SEÑOR los ha entregado en la mano de Israel. 13 Y subió Jonatán trepando con manos y pies, y tras él su paje de armas; y los que caían delante de Jonatán, su paje de armas tras él, los mataba. 14 Esta fue la primera matanza, en la cual Jonatán con su paje de armas, mató como unos veinte varones, la mitad de una yugada que un par en un campo. 15 Y hubo miedo en el real y por la tierra, y por todo el pueblo de la guarnición; y los que habían ido a destruir la tierra, también ellos temblaron, y la tierra fue alborotada, y hubo miedo de Dios. 16 Y los centinelas de Saúl vieron desde Gabaa de Benjamín cómo la multitud estaba turbada, e iba , y era deshecha. 17 Entonces Saúl dijo al pueblo que tenía consigo: Reconoced luego, y mirad quién haya ido de los nuestros. Y cuando reconocieron, hallaron que faltaban Jonatán y su paje de armas. 18 Y Saúl dijo a Ahías: Trae el arca de Dios. Porque el arca de Dios estaba entonces con los hijos de Israel. 19 Y aconteció que estando aún hablando Saúl con el sacerdote, el alboroto que en el campamento de los filisteos se aumentaba, e iba creciendo en gran manera. Entonces dijo Saúl al sacerdote: Detén tu mano. 20 Y juntando Saúl todo el pueblo que con él estaba, vinieron hasta de la batalla; y he aquí que el cuchillo de cada uno era vuelto contra su compañero, y la mortandad grande. 21 Y los hebreos que habían estado con los filisteos de ayer y anteayer, y habían venido con ellos de los alrededores al campamento, también éstos del lado de los israelitas que con Saúl y con Jonatán. 22 Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, ellos también los persiguieron en aquella batalla. 23 salvó el SEÑOR a Israel aquel día. Y llegó el alcance hasta Bet-avén. 24 Pero los varones de Israel fueron puestos en apuro aquel día; porque Saúl había conjurado al pueblo, diciendo: Cualquiera que comiere pan hasta la tarde, hasta que haya tomado venganza de mis enemigos, sea maldito. Y todo el pueblo no había gustado pan. 25 Y toda la tierra llegó a un bosque, donde había miel en la superficie del campo. 26 Entró, , el pueblo en el bosque, y he aquí que la miel corría; mas ninguno hubo que llegase la mano a su boca; porque el pueblo temía el juramento. 27 Pero Jonatán no había oído cuando su padre conjuró al pueblo, y extendió la punta de una vara que en su mano, y la mojó en un panal de miel, y llegó su mano a su boca; y sus ojos fueron aclarados. 28 Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha conjurado expresamente al pueblo, diciendo: Maldito el varón que comiere hoy alimento. Y el pueblo desfallecía . 29 Y respondió Jonatán: Mi padre ha turbado la tierra. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel. 30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera hoy comido del despojo de sus enemigos que halló? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago en los filisteos? 31 E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; mas el pueblo se cansó mucho. 32 Se lanzó, por tanto, el pueblo al despojo, y tomaron ovejas y vacas y becerros, y los mataron en tierra, y el pueblo comió con sangre. 33 Y dieron aviso de ello a Saúl, diciendo: El pueblo peca contra el SEÑOR comiendo con sangre. Y él dijo: habéis prevaricado; rodadme ahora acá una gran piedra. 34 Y Saúl volvió a decir: Esparcíos por el pueblo, y decidles que me traigan cada uno su vaca, y cada cual su oveja, y degolladlos aquí, y comed; y no pecaréis contra el SEÑOR comiendo con sangre. Y trajo todo el pueblo cada cual por su mano su vaca aquella noche, y degollaron allí. 35 Y edificó Saúl altar al SEÑOR, este altar fue el primero que edificó al SEÑOR. 36 Y dijo Saúl: Descendamos de noche contra los filisteos, y los saquearemos hasta la mañana, y no dejaremos de ellos ninguno. Y dijeron: Haz lo que bien te pareciere. Dijo el sacerdote: Acerquémonos aquí a Dios. 37 Y Saúl consultó a Dios: ¿Descenderé tras los filisteos? ¿Los entregarás en mano de Israel? Mas el SEÑOR no le dio respuesta aquel día. 38 Entonces dijo Saúl: Llegaos acá todos los principales del pueblo; sabed y mirad por quién ha sido hoy este pecado; 39 porque vive el SEÑOR, que salva a Israel, que si fuere en mi hijo Jonatán, el morirá de cierto. Y no hubo en todo el pueblo quien le respondiese. 40 Dijo a todo Israel: Vosotros estaréis a un lado, y yo y Jonatán mi hijo estaremos al otro lado. Y el pueblo respondió a Saúl: Haz lo que bien te pareciere. 41 Entonces dijo Saúl al SEÑOR Dios de Israel: Da perfección. Y fueron tomados Jonatán y Saúl, y el pueblo salió . 42 Y Saúl dijo: Echad entre mí y Jonatán mi hijo. Y fue tomado Jonatán. 43 Entonces Saúl dijo a Jonatán: Declárame qué has hecho. Y Jonatán se lo declaró, y dijo: Cierto que gusté con la punta de la vara que en mi mano, un poco de miel; ¿he de morir por eso? 44 Y Saúl respondió: Así me haga Dios y así me añada, que sin duda morirás, Jonatán. 45 Entonces el pueblo dijo a Saúl: ¿Ha pues de morir Jonatán, el que ha hecho esta salud grande en Israel? No será así. Vive el SEÑOR, que no ha de caer un cabello de su cabeza en tierra, pues que ha obrado hoy con Dios. libró el pueblo a Jonatán, para que no muriese. 46 Y Saúl dejó de seguir a los filisteos; y los filisteos se fueron a su lugar. 47 Y tomando Saúl el reino sobre Israel, hizo guerra a todos sus enemigos alrededor: contra Moab, contra los hijos de Amón, contra Edom, contra los reyes de Soba, y contra los filisteos; y adondequiera que se volvía, era vencedor. 48 Y reunió un ejército, e hirió a Amalec, y libró a Israel de mano de los que le saqueaban. 49 Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi, y Malquisúa. Y los nombres de sus dos hijas eran, el nombre de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical. 50 Y el nombre de la mujer de Saúl Ahinoam, hija de Ahimaas. Y el nombre del general de su ejército Abner, hijo de Ner tío de Saúl. 51 Porque Cis padre de Saúl, y Ner padre de Abner, hijos de Abiel. 52 Y la guerra fue fuerte contra los filisteos todo el tiempo de Saúl; y a cualquiera que Saúl veía hombre valiente e hijo de virtud, le juntaba consigo.
Capítulo 15
1 Y Samuel dijo a Saúl: el SEÑOR me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; oye, pues, la voz de las palabras del SEÑOR. 2 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Me acuerdo de lo que hizo Amalec a Israel; que se le opuso en el camino, cuando subía de Egipto. 3 Ve pues, y hiere a Amalec, y destruiréis en él todo lo que tuviere; y no tengas piedad de él; mata hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas, camellos y asnos. 4 Y Saúl juntó al pueblo, y los reconoció en Telaim, doscientos mil hombres de a pie, y diez mil varones de Judá. 5 Y viniendo Saúl a la ciudad de Amalec, puso emboscada en el valle. 6 Y dijo Saúl al ceneo: Idos, apartaos, y salid de entre los de Amalec, para que por ventura no te destruya juntamente con él; porque tú hiciste misericordia con todos los hijos de Israel, cuando subían de Egipto. Y el ceneo se apartó de entre los de Amalec. 7 Y Saúl hirió a Amalec, desde Havila hasta llegar a Shur, que a la frontera de Egipto. 8 Y tomó vivo a Agag rey de Amalec, mas a todo el pueblo mató a filo de espada. 9 Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas, y al ganado mayor, a los gruesos y a los carneros, y a todo lo bueno, que no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y flaco destruyeron. 10 Y vino palabra del SEÑOR a Samuel, diciendo: 11 Me pesa de haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras. Y pesó a Samuel, y clamó al SEÑOR toda aquella noche. 12 Y Samuel madrugó para ir a encontrar a Saúl por la mañana; y fue dado aviso a Samuel, diciendo: Saúl ha venido al Carmel, y he aquí él se ha levantado un monumento, y después volviendo, ha pasado y descendido a Gilgal. 13 Vino, pues, Samuel a Saúl, y Saúl le dijo: Bendito tú del SEÑOR; he cumplido la palabra del SEÑOR. 14 Samuel entonces dijo: ¿Pues qué balido de ovejas y bramido de bueyes es éste que yo oigo con mis oídos? 15 Y Saúl respondió: De Amalec los han traído; porque el pueblo perdonó a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios; pero lo demás lo destruimos. 16 Entonces dijo Samuel a Saúl: Déjame declararte lo que el SEÑOR me ha dicho noche. Y él le respondió: Di. 17 Y dijo Samuel: Siendo tú pequeño en tus propios ojos ¿no has sido hecho cabeza a las tribus de Israel, y el SEÑOR te ha ungido por rey sobre Israel? 18 Y te envió el SEÑOR en jornada, y dijo: Ve, y destruye los pecadores de Amalec, y hazles guerra hasta que los acabes. 19 ¿Por qué, pues, no has oído la voz del SEÑOR? Antes vuelto al despojo, has hecho lo malo en los ojos del SEÑOR. 20 Y Saúl respondió a Samuel: Antes he oído la voz del SEÑOR, y fui a la jornada que el SEÑOR me envió, y he traído a Agag rey de Amalec, y he destruido a los amalecitas. 21 Mas el pueblo tomó del despojo ovejas y vacas, las primicias del anatema, para sacrificarlas al SEÑOR tu Dios en Gilgal. 22 Y Samuel dijo: ¿Tiene el SEÑOR contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en oír la palabra del SEÑOR? Ciertamente el oír mejor que los sacrificios; el escuchar que el sebo de los carneros. 23 Porque la rebelión pecado de hechicería, e ídolo e idolatría el quebrantar . Y por cuanto tú desechaste la palabra del SEÑOR, te ha desechado para que no seas rey. 24 Entonces Saúl dijo a Samuel: he pecado; que he quebrantado el dicho del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo, consentí a la voz de ellos. Perdona, pues, ahora mi pecado, 25 Y vuelve conmigo para que adore al SEÑOR. 26 Y Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque desechaste la palabra del SEÑOR, y el SEÑOR te ha desechado que no seas rey sobre Israel. 27 Y volviéndose Samuel para irse, él echó mano del canto de su capa, y se desgarró. 28 Entonces Samuel le dijo: el SEÑOR ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a tu prójimo mejor que tú. 29 Y también el Vencedor de Israel no mentirá, ni se arrepentirá ; porque no es hombre para que deba arrepentirse. 30 Y él dijo: he pecado; mas te ruego que me honres delante de los ancianos de mi pueblo, y delante de Israel; y vuelve conmigo para que adore al SEÑOR tu Dios. 31 Y volvió Samuel tras Saúl, y adoró Saúl al SEÑOR. 32 dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él delicadamente. Y dijo Agag: Ciertamente se acerca la amargura de la muerte. 33 Y Samuel dijo: Como tu cuchillo dejó las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante del SEÑOR en Gilgal. 34 Se fue Samuel a Ramá, y Saúl subió a su casa en Gabaa de Saúl. 35 Y nunca después Samuel a ver a Saúl en toda su vida; y Samuel lloraba a Saúl porque el SEÑOR se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.
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