- Die CSE* christliche Suchmaschine für Kirche und Religion -
Deutsch
English
Français
Español
| deutsch | - | english | - | français | - | español |
Capítulo 1
1 Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que en Anatot, en tierra de Benjamín. 2 La palabra del SEÑOR que vino a él en los días de Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercio de su reinado. 3 Así mismo fue en días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto. 4 Vino, pues, palabra del SEÑOR a mí, diciendo: 5 Antes que te formases en el vientre te conocí, y antes que salieses de la matriz te aparté, te di por profeta a los gentiles. 6 Y dije: ¡Ah! ¡ah! ¡Señor DIOS! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. 7 Y me dijo el SEÑOR: No digas, soy niño; porque a todo lo que te enviare irás tú, y dirás todo lo que te mandare. 8 No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dijo el SEÑOR. 9 Y extendió el SEÑOR su mano, y tocó sobre mi boca; y me dijo el SEÑOR: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre gentiles y sobre reinos, para arrancar y para destruir, y para echar a perder y para derribar, y para edificar y para plantar. 11 Y la palabra del SEÑOR vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Yo veo vara de almendro. 12 Y me dijo el SEÑOR: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. 13 Y vino a mí palabra del SEÑOR segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Yo veo olla que hierve; y su faz de la parte del aquilón. 14 Y me dijo el SEÑOR: Del aquilón se soltará el mal sobre todos los moradores de la tierra. 15 Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá. 16 Y hablaré con ellos mis juicios a causa de toda su malicia; que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y a hechuras de sus manos se encorvaron. 17 Tú, pues, ciñe tus lomos, y te levantarás, y les hablarás todo lo que te mandaré; no temas delante de ellos, para que no te haga quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortalecida, y como columna de hierro, y como muro de bronce sobre toda la tierra, contra los reyes de Judá, contra sus príncipes, contra sus sacerdotes, y contra el pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, mas no te vencerán; porque yo contigo, dice el SEÑOR, para librarte.
Capítulo 2
1 Y vino a mí palabra del SEÑOR, diciendo: 2 Anda, y clama en los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice el SEÑOR: Me he acordado de ti, de la misericordia de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 3 Santidad Israel al SEÑOR, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoran pecarán; mal vendrá sobre ellos, dice el SEÑOR. 4 Oíd palabra del SEÑOR, Casa de Jacob, y todas las familias de la Casa de Israel. 5 Así dijo el SEÑOR: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad, y se tornaron vanos? 6 Y no dijeron: ¿Dónde el SEÑOR, el que nos hizo subir de tierra de Egipto, el que nos hizo andar por el desierto, por tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de muerte, por tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó hombre? 7 Y os metí en tierra del Carmelo, para que comieseis su fruto y su bien; mas entrasteis, y contaminasteis mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. 8 Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde el SEÑOR? Y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron por Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. 9 Por tanto, entraré aún en juicio con vosotros, dijo el SEÑOR, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. 10 Porque pasad a las islas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad con diligencia y mirad, ¿acaso se ha hecho cosa semejante a ésta? 11 ¿Acaso gente ha mudado dioses? Aunque ellos no dioses. Pero mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. 12 Asolaos, cielos, sobre esto, y alborotaos; desolaos en gran manera, dijo el SEÑOR. 13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen aguas. 14 ¿Es Israel siervo? ¿ esclavo? ¿Por qué ha sido en presa? 15 Los cachorros de los leones bramaron sobre él, dieron su voz; y pusieron su tierra en soledad; desiertas están sus ciudades, sin morador. 16 Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla. 17 Por ventura no te acarreó esto el haber dejado al SEÑOR tu Dios, cuando te hacía andar por camino. 18 Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto? ¿Para qué bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria? ¿Para qué bebas agua del Río ( )? 19 Tu maldad te castigará, y tu apartamiento te acusará; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo tú dejar al SEÑOR tu Dios, y faltar mi temor en ti, dijo el Señor DIOS de los ejércitos. 20 Porque desde muy atrás he quebrado tu yugo, y roto tus ataduras; y dijiste: No serviré ( ). Con todo eso, sobre todo collado alto y debajo de todo árbol umbroso, corrías tú, oh ramera. 21 Y yo te planté de buen viñedo, simiente de Verdad toda ella, ¿cómo, pues, te me has tornado sarmientos de vid extraña? 22 Aunque te laves con salitre, y amontones jabón sobre ti, tu pecado está sellado delante de mí, dijo el Señor DIOS. 23 ¿Cómo dices: No soy inmunda, nunca anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, reconoce lo que has hecho, dromedaria ligera que frecuentas sus carreras; 24 asna montés acostumbrada al desierto, que respira según el deseo de su alma; ¿de su lujuria quién la detendrá? Todos los que la buscaren no se cansarán; la hallarán en su mes. 25 Defiende tus pies de andar desnudos, y tu garganta de la sed. Mas dijiste: Se ha perdido la esperanza; en ninguna manera, porque extraños he amado y tras ellos tengo que ir. 26 Como se avergüenza el ladrón cuando es tomado, así se avergonzarán la Casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes, y sus profetas; 27 que dicen al leño: Mi padre tú; y a la piedra: Tú me has engendrado; pues me volvieron la cerviz, y no el rostro; y en el tiempo de su trabajo dicen: Levántate, y líbranos. 28 ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para ti? Levántense, a ver si te podrán librar en el tiempo de tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá, fueron tus dioses. 29 ¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros os rebelasteis contra mí, dijo el SEÑOR. 30 Por demás he azotado vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestro cuchillo devoró vuestros profetas como león destrozador. 31 ¡Oh generación! Ved vosotros la palabra del SEÑOR. ¿He sido soledad a Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; nunca más vendremos a ti? 32 ¿Por ventura se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Mas mi pueblo se ha olvidado de mí por días que no número. 33 ¿Para qué abonas tu camino para hallar amor, pues aun a las malvadas enseñaste tus caminos? 34 Aun en tus faldas se halló la sangre de las almas de los pobres, de los inocentes; no los hallaste en ningún delito, sino por todas estas cosas. 35 Y dices: Porque soy inocente, cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio contigo, porque dijiste: No pequé. 36 ¿Para qué discurres tanto, mudando tus caminos? También serás avergonzada de Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. 37 También saldrás de él con tus manos sobre tu cabeza, porque el SEÑOR desecha tus confianzas, y en ellas no tendrás buen suceso.
Capítulo 3
1 Dicen: Si alguno dejare su mujer, y yéndose de él se juntare a otro varón, ¿Por ventura volverá a ella más? ¿Por ventura no ella tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas vuélvete a mí, dijo el SEÑOR. 2 Alza tus ojos a los altos, y ve en qué lugar no te hayas publicado; para ellos te sentabas en los caminos, como árabe en el desierto; y con tus fornicaciones y con tu malicia has contaminado la tierra. 3 Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la lluvia de la tarde; y has tenido frente de mala mujer, ni quisiste tener vergüenza. 4 A lo menos desde ahora, ¿no clamarás a mí, Padre mío, guiador de mi juventud? 5 ¿Por ventura guardará para siempre? ¿Eternalmente lo guardará? He aquí que has hablado y hecho cuantas maldades pudiste. 6 Y me dijo el SEÑOR en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol umbroso, y allí fornica. 7 Y dije después que hizo todo esto: Vuélvete a mí; mas no se volvió. Y lo vio la rebelde su hermana Judá. 8 Que lo había visto; que por todas causas en las cuales fornicó la rebelde Israel, yo la envié, y le di la carta de su repudio; y no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó. 9 Y sucedió que por liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño. 10 Y con todo esto, la rebelde su hermana Judá nunca se tornó a mí de todo su corazón, sino mentirosamente, dijo el SEÑOR. 11 Y me dijo el SEÑOR: ha justificado su alma la rebelde Israel en comparación de la desleal Judá. 12 Ve, y clama estas palabras hacia el aquilón, y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dijo el SEÑOR; no haré caer mi ira sobre vosotros, porque Misericordioso soy, dijo el SEÑOR, ni guardaré para siempre . 13 Conoce, empero, tu maldad, porque contra el SEÑOR tu Dios te has rebelado, y tus caminos has derramado a los extraños debajo de todo árbol umbroso, y no oíste mi voz, dice el SEÑOR. 14 Convertíos, oh hijos rebeldes, dijo el SEÑOR, porque yo soy vuestro Señor, y os tomaré uno de una ciudad, y dos de una familia, y os introduciré en Sion; 15 Y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten de ciencia y de inteligencia. 16 Y acontecerá, que cuando os multiplicareis y creciereis en la tierra, en aquellos días, dijo el SEÑOR, no se dirá más: Arca del Pacto del SEÑOR; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni visitarán, ni se hará más. 17 En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono del SEÑOR, y todos los gentiles se congregarán a ella en el nombre del SEÑOR en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su corazón malvado. 18 En aquellos tiempos irán de la Casa de Judá a la Casa de Israel. Y vendrán juntamente de tierra del aquilón a la tierra que hice heredar a vuestros padres. 19 Pero yo dije: ¿Cómo te pondré por hijos, y te daré la tierra deseable, la heredad de codicia de los ejércitos de los gentiles? Y dije: Padre mío me llamarás, y no te apartarás de en pos de mí. 20 Mas la mujer quiebra la fe de su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh Casa de Israel, dijo el SEÑOR. 21 Voz sobre las alturas fue oída, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, del SEÑOR su Dios se han olvidado. 22 Convertíos, hijos rebeldes, sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti; porque tú eres el SEÑOR nuestro Dios. 23 Ciertamente vanidad los collados, la multitud de los montes; ciertamente en el SEÑOR nuestro Dios la salud de Israel. 24 Confusión consumió el trabajo de nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas, sus hijos y sus hijas. 25 Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre, porque pecamos contra el SEÑOR nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día; y no oímos la voz del SEÑOR nuestro Dios.
Capítulo 4
1 Si volvieres a mí, oh Israel, dijo el SEÑOR, tendrás reposo; y si quitares de delante de mí tus abominaciones, no pasarás . 2 Y jurarás, , Vive el SEÑOR, con verdad, con juicio, y con justicia; y se bendecirán en él los gentiles, y en él se gloriarán. 3 Porque así dijo el SEÑOR a todo varón de Judá y de Jerusalén: Haced barbecho para vosotros, y no sembréis sobre espinas. 4 Circuncidaos al SEÑOR, y quitad los prepucios de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien apague, por la malicia de vuestras obras. 5 Denunciad en Judá, y haced oír en Jerusalén, y decid: Sonad trompeta en la tierra. Pregonad, juntad, y decid: Reuníos, y entrémonos en las ciudades fuertes. 6 Alzad bandera en Sion, juntaos, no os detengáis; porque yo hago venir mal del aquilón, y quebrantamiento grande. 7 El león sube de su guarida, y el destruidor de gentiles ha partido; salió de su asiento para poner tu tierra en soledad; tus ciudades serán asoladas sin morador. 8 Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque la ira del SEÑOR no se ha apartado de nosotros. 9 Y será en aquel día, dice el SEÑOR, que desfallecerá el corazón del rey, y el corazón de los príncipes, y los sacerdotes estarán atónitos, y se maravillarán los profetas. 10 (Y dije: ¡Ay, ay, el SEÑOR Dios! Verdaderamente en gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo: Paz tendréis; pues que el cuchillo ha venido hasta el alma.) 11 En aquel tiempo se dirá de este pueblo y de Jerusalén: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar. 12 Viento más vehemente que éstos me vendrá a mí, porque ahora yo hablaré juicios con ellos. 13 He aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque dados somos a despojo! 14 Lava tu corazón de la malicia, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo dejarás estar en medio de ti los pensamientos de tu iniquidad? 15 Porque la voz del que trae las nuevas desde Dan, y del que hace oír la calamidad desde el monte de Efraín. 16 Decid de los gentiles; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá. 17 Como los guardas de las heredades, estuvieron sobre ella en derredor, porque rebeló contra mí, dice el SEÑOR. 18 Tu camino y tus obras te hicieron esto, ésta tu maldad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón. 19 ¡Mis entrañas, mis entrañas! Me duelen las telas de mi corazón; mi corazón ruge dentro de mí; no callaré; porque voz de trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra. 20 Quebrantamiento sobre quebrantamiento es llamado; porque toda la tierra es destruida; en un punto son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas. 21 ¿Hasta cuándo tengo que ver bandera, tengo que oír voz de trompeta? 22 Porque mi pueblo loco; no me conocieron los hijos ignorantes y los no entendidos; sabios para mal hacer, y para bien hacer no supieron. 23 Miré la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y los cielos, y no en ellos luz. 24 Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. 25 Miré, y no aparecía hombre, y todas las aves del cielo se habían ido. 26 Miré, y he aquí el Carmelo desierto, y todas sus ciudades eran asoladas a la presencia del SEÑOR, a la presencia de la ira de su furor. 27 Porque así dijo el SEÑOR: Toda la tierra se asolará; mas no haré consumación. 28 Por esto la tierra será asolada, y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, pensé, y no me arrepentí, ni me tornaré de ello. 29 Del estruendo de la gente de caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; se entraron en las espesuras de los bosques, y se subieron en peñascos; toda ciudad fue desamparada, y no habita en ellas varón alguno. 30 Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán los amadores, buscarán tu vida. 31 Porque voz oí como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion lamenta y extiende sus manos, : ¡Ay ahora de mí! Que mi alma desmaya a causa de los matadores.
Capítulo 5
1 Discurrid por las plazas de Jerusalén, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si halláis hombre, si hay que haga juicio, que busque verdad; y perdonaré a la ciudad. 2 Y si dijeren: Vive el SEÑOR; por tanto jurarán mentira. 3 Oh SEÑOR, ¿Por ventura no tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir castigo; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse. 4 Pero yo dije: Por cierto ellos pobres, han enloquecido, pues no conocen el camino del SEÑOR el juicio de su Dios. 5 Iré a los grandes, y les hablaré; porque ellos conocieron el camino del SEÑOR, el juicio de su Dios. Ciertamente ellos también quebrantaron el yugo, rompieron las coyundas. 6 Por tanto, león del monte los herirá, los destruirá lobo del desierto, tigre acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será arrebatado, porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado sus deslealtades. 7 ¿Cómo te he de perdonar por esto? Tus hijos me dejaron, y juraron por no Dios. Los sacié, y adulteraron, y en casa de ramera se juntaron en compañías. 8 caballos bien alimentados fueron a la mañana, cada cual relinchaba a la mujer de su prójimo. 9 ¿No había de hacer visitación sobre esto? Dijo el SEÑOR. De una gente como ésta ¿no se había de vengar mi alma? 10 Escalad sus muros, y destruid; mas no hagáis consumación; quitad las almenas de sus muros, porque no son del SEÑOR. 11 Porque resueltamente se rebelaron contra mí la Casa de Israel y la Casa de Judá, dice el SEÑOR. 12 Negaron al SEÑOR, y dijeron: El no , y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos cuchillo ni hambre; 13 antes los profetas serán como viento, y no hay en ellos palabra; así se hará a ellos. 14 Por tanto, así dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo en tu boca mis palabras por fuego, y a este pueblo por leños, y los consumirá. 15 He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare. 16 Su aljaba como sepulcro abierto, todos valientes. 17 Y comerá tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras; y tus ciudades fuertes en que tú confías, tornará en nada a cuchillo. 18 Pero en aquellos días, dice el SEÑOR, no os acabaré del todo. 19 Y será que cuando dijereis: ¿Por qué hizo el SEÑOR Dios nuestro con nosotros todas estas cosas? Entonces les dirás: De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra ajena. 20 Denunciad esto en la Casa de Jacob, y haced que esto se oiga en Judá, diciendo: 21 Oíd ahora esto, pueblo loco y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen. 22 ¿A mí no temeréis? Dice el SEÑOR; ¿delante de mi presencia no os amedrentaréis, que puse arena por término al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán. 23 Pero este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se tornaron y se fueron. 24 Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora al SEÑOR Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; las semanas establecidas de la siega nos guardará. 25 Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados impidieron de vosotros el bien. 26 Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; asechaban como quien pone lazos; asentaron la perdición para tomar hombres. 27 Como jaula llena de pájaros, así sus casas llenas de engaño; así se hicieron grandes y ricos. 28 Engordaron y se pusieron lustrosos, y aún sobrepujaron hechos de maldad; no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo se hicieron prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron. 29 ¿No tengo que visitar sobre esto? Dice el SEÑOR; ¿y de tal gente no se vengará mi alma? 30 Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra; 31 los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues haréis a su fin?
Capítulo 6
1 Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad bocina en Tecoa, y alzad humo sobre Bet-haquerem; porque del aquilón se ha visto mal, y quebrantamiento grande. 2 Como hermosa y delicada comparé a la hija de Sion. 3 A ella vendrán pastores y sus rebaños; junto a ella en derredor pondrán sus tiendas; cada uno apacentará a su parte. 4 Denunciad guerra contra ella; levantaos y subamos hacia el mediodía. ¡Ay de nosotros! Que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde se han extendido. 5 Levantaos, y subamos de noche, y destruyamos sus palacios. 6 Porque así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Cortad árboles, y extended baluarte junto a Jerusalén; ésta la ciudad toda ella ha de ser visitada; violencia en medio de ella. 7 Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así nunca cesa de manar su malicia; injusticia y robo se oye en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida. 8 Castiga Jerusalén, para que por ventura no se aparte mi alma de ti, para que por ventura no te torne desierta, tierra no habitada. 9 Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; torna tu mano como vendimiador a los cestos. 10 ¿A quién tengo que hablar y amonestar, para que oigan? He aquí que sus orejas incircuncisas, y no pueden escuchar. He aquí que la palabra del SEÑOR les es cosa vergonzosa; no la aman. 11 Por tanto, estoy lleno de la furia del SEÑOR, he trabajado por contenerme de derramarla sobre los niños en la calle, y sobre la reunión de los jóvenes juntamente; porque el marido también será preso con la mujer, el viejo con el lleno de días. 12 Y sus casas serán traspasadas a otros, sus heredades y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre los moradores de la tierra, dice el SEÑOR. 13 Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande de ellos, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores. 14 Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no paz. 15 ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? cierto, no se han avergonzado, ni aun saben tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caerán; caerán cuando los visitare, dice el SEÑOR. 16 Así dijo el SEÑOR: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. 17 Desperté también sobre vosotros atalayas, : Escuchad a la voz de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. 18 Por tanto oíd, gentiles, y conoced, oh congregación de ellas. 19 Oye, tierra. He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon a mis palabras, y aborrecieron mi ley. 20 ¿A qué viene para mí este incienso de Seba, y la buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no a mi voluntad, ni vuestros sacrificios me dan gusto. 21 Por tanto, el SEÑOR dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y caerán en ellos los padres y los hijos juntamente, el vecino y su cercano perecerán. 22 Así dijo el SEÑOR: He aquí que viene pueblo de tierra del aquilón, y gente grande se levantará de los cantones de la tierra. 23 Arco y escudo arrebatarán; crueles son, que no tendrán misericordia; sonará la voz de ellos como el mar, y montarán a caballo como varones dispuestos para la guerra, contra ti, oh hija de Sion. 24 Su fama oímos, y nuestras manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia, dolor como de mujer que está de parto. 25 No salgas al campo, ni andes por camino; porque espada de enemigo y temor hay por todas partes. 26 Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y revuélcate en ceniza; hazte luto por único, llanto de amarguras, porque presto vendrá sobre nosotros el destruidor. 27 Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás pues, y examinarás el camino de ellos. 28 Todos ellos príncipes rebeldes, andan con engaño; son bronce y hierro; todos ellos son corruptores. 29 Se quemó el fuelle del fuego, se ha gastado el plomo; por demás fundió el fundidor, pues los malos no son arrancados. 30 Plata desechada los llamarán, porque el SEÑOR los desechó.
Mo | Tu | We | Th | Fr | Sa | Su |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | |||
5 | 6 | 7 | 8 | 9 | 10 | 11 |
12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 |
19 | 20 | 21 | 22 | 23 | 24 | 25 |
26 | 27 | 28 | 29 | 30 | 31 |
Hier können Sie es. Lukas119.de bietet den ersten deutschsprachigen interaktiven Bibelleseplan online. Und das besondere daran: unser Bibelleseplan ist thematisch gegliedert und damit eine interessante und willkommene Alternative zum üblichen: "...heute fangen wir mal mit 1. Mose 1 an und in 52 Wochen sind wir fertig"... Unser Bibelleseplan führt Sie innerhalb eines Jahres durch die ganze Bibel - und da gibt es viel zu entdecken! Entscheiden Sie selbst, zu welcher Tageszeit Sie die jeweiligen Tagesabschnitte online aufrufen.
Wenn Sie vielleicht schon lange vorhaben, innerhalb eines Jahres die ganze Bibel zu lesen und eigentlich nur auf die passende Gelegenheit warten - oder bislang vergeblich nach einer guten Online-Möglichkeit Ausschau hielten - dann starten Sie doch einfach jetzt direkt bei Lukas119.
An dieser Stelle bedanken wir uns bei Michael Coley von www.bible-reading.com mit dessen freundlicher Genehmigung der von ihm entwickelte Bibelleseplan mit thematischer Gliederung bei uns verwendet werden kann.
Besondere Anerkennung gilt auch dem Programmierer-Team von Lukas119, das die technische Umsetzung dieses Projektes schnell und effektiv realisiert hat ;)
Unser Bibelleseplan wird zur Zeit in Deutsch, Englisch und Französisch angeboten. Wir befinden uns im Beta-Stadium unseres Projektes. Daher bitten wir um Verständnis, falls unser Bibelleseplan derzeit noch nicht voll funktionsfähig sein sollte. Wir sind für Feedback und Anregungen dankbar.