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Salmo 15
1 Salmo de David. El SEÑOR, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad? 2 El que anda en integridad, y obra justicia, y habla verdad en su corazón. 3 no revolvió con su lengua, ni hizo mal a su prójimo, ni levantó vergüenza contra su prójimo. 4 a cuyos ojos es menospreciado el vil; mas honra a los que temen al SEÑOR; juró en daño , y no mudó. 5 su dinero no dio a usura, ni contra el inocente tomó cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará para siempre.

Salmo 16
1 Mictam de David. Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. 2 Di al SEÑOR: Señor tú mi bien; no fuera de ti. 3 A los santos que en la tierra, y a los íntegros; toda mi afición en ellos. 4 Multiplicarán sus dolores se apresuraren tras otro ; no ofreceré yo sus libaciones de sangre, ni en mis labios tomaré sus nombres. 5 El SEÑOR la porción de mi parte y de mi copa; tú sustentarás mi suerte. 6 Las cuerdas me cayeron en deleitosos, así mismo la heredad se hermoseó sobre mí. 7 Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja; aun en las noches me enseña mis riñones. 8 Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque a mi diestra, no seré conmovido. 9 Por tanto se alegró mi corazón, y se gozó mi gloria; también mi carne reposará segura. 10 Porque no dejarás mi alma en el sepulcro; ni darás tu Misericordioso para que vea corrupción. 11 Me harás saber la senda de la vida; plenitud de alegrías hay con tu rostro; deleites en tu diestra para siempre.

Salmo 17
1 Oración de David. Oye, oh SEÑOR, justicia; está atento a mi clamor; escucha mi oración sin labios de engaño. 2 De delante de tu rostro salga mi juicio; vean tus ojos la rectitud. 3 has probado mi corazón, has visitado de noche; me has refinado, y nada hallaste; lo que pensé, no pasó mi boca. 4 Para las obras humanas, por la palabra de tus labios yo observé los caminos del violento. 5 Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen. 6 Yo te he invocado, por cuanto me oyes, oh Dios: Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. 7 Haz maravillosas tus misericordias, salvador de los que en ti confían, de los que se levantan contra tu diestra. 8 Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas. 9 De delante de los malos que me oprimieron, de mis enemigos me cercan por la vida. 10 Cerrados con su grosura; con su boca hablan soberbiamente. 11 Nuestros pasos nos han cercado ahora; puestos tienen sus ojos para echarnos por tierra. 12 Parecen al león que desea hacer presa, y al leoncillo que está escondido. 13 Levántate, oh SEÑOR; prevén su encuentro, póstrale; libra mi alma del malo tu espada; 14 de los hombres tu mano, oh SEÑOR, de los hombres de mundo, cuya parte en vida, y cuyo vientre está lleno de tu despensa: sacian a sus hijos, y dejan el resto a su familia. 15 Yo en justicia veré tu rostro; seré saciado cuando despertaré a tu semejanza.