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Capítulo 14
1 En aquel tiempo Abías hijo de Jeroboam cayó enfermo, 2 y dijo Jeroboam a su mujer: Levántate ahora, disfrázate, para que no te conozcan que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo; que allá Ahías profeta, el que me dijo que yo había de ser rey sobre este pueblo. 3 Y toma en tu mano diez panes, y turrones, y una vasija de miel, y ve a él; para que te declare lo que ha de ser de este niño. 4 Y la mujer de Jeroboam lo hizo así; y se levantó, y fue a Silo, y vino a casa de Ahías. Y Ahías ya no podía ver, que sus ojos se habían oscurecido a causa de su vejez. 5 Mas el SEÑOR había dicho a Ahías: He aquí que la mujer de Jeroboam vendrá a consultarte por su hijo, que está enfermo; así y así le has de responder; será que cuando ella viniere, vendrá disimulada. 6 Y cuando Ahías oyó el sonido de sus pies que entraba por la puerta, dijo: Entra, mujer de Jeroboam; ¿por qué te disimulas? Pero yo soy enviado a ti dura. 7 Ve, y di a Jeroboam: Así dijo el SEÑOR Dios de Israel: Por cuanto yo te levanté de en medio del pueblo, y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel, 8 y rompí el reino de la casa de David, y te lo entregué a ti; y tú no has sido como David mi siervo, que guardó mis mandamientos y anduvo en pos de mí con todo su corazón, haciendo solamente lo derecho delante de mis ojos; 9 antes hiciste lo malo más que todos los que han sido antes de ti; que fuiste y te hiciste otros dioses, y fundiciones para enojarme, y a mí me echaste tras tus espaldas; 10 por tanto, he aquí que yo traigo mal sobre la casa de Jeroboam, y yo talaré de Jeroboam meante a la pared, así el guardado como el quedado en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam, como es barrido el estiércol, hasta que sea acabada. 11 El que muriere de Jeroboam en la ciudad, lo comerán los perros; y el que muriere en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque el SEÑOR ha dicho. 12 Y tú levántate, y vete a tu casa; que en entrando tu pie en la ciudad, morirá el niño. 13 Y todo Israel lo endechará, y le enterrarán; porque sólo él de los de Jeroboam entrará en sepultura; por cuanto se ha hallado en él cosa buena del SEÑOR Dios de Israel, en la casa de Jeroboam. 14 Y el SEÑOR se despertará un rey sobre Israel, el cual talará la casa de Jeroboam en este día; ¿y qué, si ahora? 15 Y el SEÑOR herirá a Israel, al modo que la caña se agita en las aguas; y él arrancará a Israel de esta buena tierra que había dado a sus padres, y los esparcirá al otro lado del río ( ), por cuanto han hecho sus bosques, enojando al SEÑOR. 16 Y él entregará a Israel por los pecados de Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel. 17 Entonces la mujer de Jeroboam se levantó, y se fue, y vino a Tirsa; y entrando ella por el umbral de la casa, el niño murió. 18 Y lo enterraron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra del SEÑOR, que él había hablado por mano de su siervo Ahías profeta. 19 Los otros hechos de Jeroboam, qué guerras hizo, y cómo reinó, todo está escrito en el libro de las historias de los reyes de Israel. 20 El tiempo que reinó Jeroboam fueron veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó en su lugar Nadab su hijo. 21 Y Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que el SEÑOR eligió de todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, amonita. 22 Y Judá hizo lo malo en los ojos del SEÑOR, y le enojaron más que todo lo que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron. 23 Porque ellos también se edificaron altos, estatuas, y bosques, en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso; 24 y hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de los gentiles que el SEÑOR había echado delante de los hijos de Israel. 25 Al quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén. 26 Y tomó los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa real, y lo saqueó todo. Y tomó todos los escudos de oro que Salomón había hecho. 27 Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los dio en manos de los capitanes de los de la guardia, quienes custodiaban la puerta de la casa real. 28 Y cuando el rey entraba en la Casa del SEÑOR, los de la guardia los llevaban; y los ponían en la cámara de los de la guardia. 29 Lo demás de los hechos de Roboam, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritas en las crónicas de los reyes de Judá? 30 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días. 31 Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre fue Naama, amonita. Y reinó en su lugar Abiam su hijo.
Capítulo 15
1 En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá. 2 Reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. 3 Y anduvo en todos los pecados de su padre, que había hecho éste antes de él; y no fue su corazón perfecto con el SEÑOR su Dios, como el corazón de David su padre. 4 Mas por amor de David, le dio el SEÑOR su Dios lámpara en Jerusalén, despertándole a su hijo después de él, y confirmando Jerusalén. 5 Por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos del SEÑOR, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, excepto el negocio de Urías heteo. 6 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días de su vida. 7 Los demás de los hechos de Abiam, y todas las cosas que hizo, ¿no están escritas en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. 8 Y durmió Abiam con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de David; y reinó Asa su hijo en su lugar. 9 En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá. 10 Y reinó cuarenta y un años en Jerusalén; el nombre de su madre Maaca, hija de Abisalom. 11 Y Asa hizo lo recto ante los ojos del SEÑOR, como David su padre. 12 Porque quitó los sodomitas de la tierra, y quitó todas las suciedades que sus padres habían hecho. 13 Y también privó a su madre Maaca de ser princesa, porque había hecho un ídolo en un bosque. deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al arroyo de Cedrón. 14 Mas los altos no se quitaron; pero el corazón de Asa fue perfecto para con el SEÑOR toda su vida. 15 También metió en la Casa del SEÑOR lo que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro, y plata, y vasos. 16 Y hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos. 17 Y subió Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó a Rama, para no dejar salir ni entrar a ninguno de Asa, rey de Judá. 18 Entonces tomando Asa toda la plata y oro que había quedado en los tesoros de la Casa del SEÑOR, y los tesoros de la casa real, los entregó en las manos de sus siervos, y los envió el rey Asa a Ben-adad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo: 19 Alianza entre mí y ti, y entre mi padre y el tuyo; he aquí yo te envío presente de plata y oro; ve, y rompe tu alianza con Baasa rey de Israel, para que me deje. 20 Y Ben-adad consintió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, e hirió a Ijón, y a Dan, y a Abel-bet-maaca, y a toda Cineret, con toda la tierra de Neftalí. 21 Y oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se estuvo en Tirsa. 22 Entonces el rey Asa convocó a todo Judá, sin exceptuar ninguno; y quitaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, y edificó el rey Asa con ello a Geba de Benjamín, y a Mizpa. 23 Lo demás de todos los hechos de Asa, y toda su fortaleza, y todas las cosas que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Con todo eso en el tiempo de su vejez enfermó de sus pies. 24 Y durmió Asa con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Josafat su hijo. 25 Y Nadab, hijo de Jeroboam, comenzó a reinar sobre Israel en el segundo año de Asa rey de Judá; y reinó sobre Israel dos años. 26 E hizo lo malo ante los ojos del SEÑOR, andando en el camino de su padre, y en sus pecados con que hizo pecar a Israel. 27 Y Baasa hijo de Ahías, el cual era de la casa de Isacar, hizo conspiración contra él; y lo hirió Baasa en Gibetón, que de los filisteos; porque Nadab y todo Israel tenían cercado a Gibetón. 28 Lo mató pues Baasa en el tercer año de Asa rey de Judá, y reinó en lugar suyo. 29 Y cuando él vino al reino, hirió toda la casa de Jeroboam, sin dejar alma de Jeroboam, hasta raerlo, conforme a la palabra del SEÑOR que él habló por su siervo Ahías silonita; 30 por los pecados de Jeroboam que él había cometido, y con los cuales hizo pecar a Israel; y por su provocación con que provocó a enojo al SEÑOR Dios de Israel. 31 Lo demás de los hechos de Nadab, y todas las cosas que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 32 Y hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos. 33 En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; veinticuatro años. 34 E hizo lo malo delante de los ojos del SEÑOR, y anduvo en el camino de Jeroboam, y en su pecado con que hizo pecar a Israel.
Capítulo 16
1 Y vino palabra del SEÑOR a Jehú hijo de Hanani contra Baasa, diciendo: 2 Pues que yo te levanté del polvo, y te puse por príncipe sobre mi pueblo Israel, y tú has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel, provocándome a ira con sus pecados; 3 he aquí yo barreré la posteridad de Baasa, y la posteridad de su casa; y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat. 4 El que de Baasa fuere muerto en la ciudad, le comerán los perros; y el que de él fuere muerto en el campo, le comerán las aves del cielo. 5 Lo demás de los hechos de Baasa, y las cosas que hizo, y su fortaleza, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 6 Y durmió Baasa con sus padres, y fue sepultado en Tirsa; y reinó en su lugar Ela su hijo. 7 Y así mismo había sido palabra del SEÑOR por Jehú, hijo de Hanani, profeta sobre Baasa y sobre su casa, y sobre todo lo malo que hizo a los ojos del SEÑOR, provocándole a ira con las obras de sus manos, para que fuese hecha como la casa de Jeroboam; y sobre que lo había herido. 8 En el año veintiséis de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Ela hijo de Baasa sobre Israel en Tirsa; dos años. 9 E hizo conjuración contra él su siervo Zimri, príncipe sobre la mitad de los carros. Y estando él en Tirsa, bebiendo y embriagado en casa de Arsa su mayordomo en Tirsa, 10 vino Zimri, y lo hirió y mató, en el año veintisiete de Asa rey de Judá; y reinó en su lugar. 11 Y luego que llegó a reinar y estuvo sentado en su trono, hirió toda la casa de Baasa, sin dejar en ella meante a la pared, ni sus parientes ni amigos. 12 rayó Zimri toda la casa de Baasa, conforme a la palabra del SEÑOR, que había hablado contra Baasa por medio del profeta Jehú; 13 por todos los pecados de Baasa, y los pecados de Ela su hijo, con que ellos pecaron e hicieron pecar a Israel, provocando a enojo al SEÑOR Dios de Israel con sus vanidades. 14 Los demás hechos de Ela, y todas las cosas que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 15 En el año veintisiete de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Zimri, siete días en Tirsa; y el pueblo había asentado campo sobre Gibetón, ciudad de los filisteos. 16 Y el pueblo que estaba en el campo oyó decir: Zimri ha hecho conjuración, y ha dado muerte al rey. Entonces todo Israel levantó el mismo día por rey sobre Israel a Omri, general del ejército, en el campo. 17 Y subió Omri de Gibetón, y con él todo Israel, y cercaron a Tirsa. 18 Mas viendo Zimri tomada la ciudad, se metió en el palacio de la casa real, y pegó fuego a la casa consigo; murió. 19 Por sus pecados que él había cometido, haciendo lo malo a los ojos del SEÑOR, y andando en los caminos de Jeroboam, y en su pecado que cometió, haciendo pecar a Israel. 20 Los demás hechos de Zimri, y su conspiración que formó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 21 Entonces el pueblo de Israel fue dividido en dos partes: la mitad del pueblo seguía a Tibni hijo de Ginat, para hacerlo rey; y la otra mitad seguía a Omri. 22 Mas el pueblo que seguía a Omri, pudo más que el que seguía a Tibni hijo de Ginat; y Tibni murió, y Omri fue rey. 23 En el año treinta y uno de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Omri sobre Israel, y reinó doce años; en Tirsa reinó seis años. 24 Este compró el monte de Samaria de Semer por dos talentos de plata, y edificó el monte; y llamó el nombre de la ciudad que edificó, como el nombre de Semer, señor del monte de Samaria. 25 Y Omri hizo lo malo delante de los ojos del SEÑOR, e hizo peor que todos los que habían sido antes de él; 26 porque anduvo en todos los caminos de Jeroboam hijo de Nabat, y en su pecado con que hizo pecar a Israel, provocando a ira al SEÑOR Dios de Israel en sus vanidades. 27 Lo demás de los hechos de Omri, y todas las cosas que hizo, y sus valentías que ejecutó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 28 Y Omri durmió con sus padres, y fue sepultado en Samaria; y reinó en lugar suyo Acab, su hijo. 29 Y comenzó a reinar Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa rey de Judá. 30 Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo a los ojos del SEÑOR más que todos los que fueron antes de él; 31 porque fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. 32 E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. 33 Hizo también Acab bosques; y añadió Acab haciendo provocar a ira al SEÑOR Dios de Israel, más que todos los reyes de Israel que antes de él habían sido. 34 En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a Jericó. En Abiram su primogénito echó el cimiento, y en Segub su postrero puso sus puertas; conforme a la palabra del SEÑOR que había hablado por Josué hijo de Nun.
Capítulo 17
1 Entonces Elías tisbita, de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive el SEÑOR Dios de Israel, delante del cual estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra. 2 Y vino a él palabra del SEÑOR, diciendo: 3 Apártate de aquí, y vuélvete al oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, que delante del Jordán; 4 y beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. 5 Y él fue, e hizo conforme a la palabra del SEÑOR; pues se fue y asentó junto al arroyo de Querit, que está delante del Jordán. 6 Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne a la tarde; y bebía del arroyo. 7 Pasados algunos días, se secó el arroyo; porque no había llovido sobre la tierra. 8 Y vino a él palabra del SEÑOR, diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y allí morarás; he aquí he mandado allí a una mujer viuda que te sustente. 10 Entonces él se levantó, y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí mujer viuda que estaba allí cogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas poco de agua en un vaso, para que beba. 11 Y yendo ella para traérselo, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano. 12 Y ella respondió: Vive el SEÑOR Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y aderezarlo para mí y para mi hijo, y que lo comamos, y nos muramos. 13 Y Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello un pequeño pan cocido debajo de la ceniza, y tráemelo; y después harás para ti y para tu hijo. 14 Porque el SEÑOR Dios de Israel dijo así: La tinaja de la harina no faltará, ni se disminuirá la vasija del aceite, hasta aquel día que el SEÑOR dará lluvia sobre la faz de la tierra. 15 Entonces ella fue, e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella y su casa, días. 16 Y la tinaja de la harina no escaseó, ni menguó la vasija del aceite, conforme a la palabra del SEÑOR que había dicho por Elías. 17 Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo de la señora de la casa, y la enfermedad fue grave, que no quedó en él aliento. 18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer en memoria mis iniquidades, y para hacerme morir mi hijo? 19 Y él le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó a la cámara donde él estaba, y lo puso sobre su cama; 20 y clamando al SEÑOR, dijo: SEÑOR Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa yo estoy hospedado has afligido, matándole su hijo? 21 Y se midió sobre el niño tres veces, y clamó al SEÑOR, y dijo: SEÑOR Dios mío, te ruego que vuelva el alma de este niño a sus entrañas. 22 Y el SEÑOR oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a sus entrañas, y revivió. 23 Tomando Elías al niño, lo trajo de la cámara a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive. 24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú varón de Dios, y que la palabra del SEÑOR verdad en tu boca.
Capítulo 18
1 Pasados muchos días, vino palabra del SEÑOR a Elías en el tercer año, diciendo: Ve, muéstrate a Acab, y daré lluvia sobre la faz de la tierra. 2 Fue, , Elías a mostrarse a Acab; y había gran hambre en Samaria. 3 Y Acab llamó a Abdías su mayordomo, el cual Abdías era en gran manera temeroso del SEÑOR; 4 porque cuando Jezabel talaba los profetas del SEÑOR, Abdías tomó cien profetas, los cuales escondió de cincuenta en cincuenta por cuevas, y los sustentó a pan y agua. 5 Y dijo Acab a Abdías: Ve por el país a todas las fuentes de aguas, y a todos los arroyos; si a dicha hallaremos grama con que conservemos la vida a los caballos y a las mulas, para que no nos quedemos sin bestias. 6 Y partieron entre sí el país para recorrerlo; Acab fue de por sí por un camino, y Abdías fue separadamente por otro. 7 Y yendo Abdías por el camino, se encontró con Elías; y cuando lo reconoció, se postró sobre su rostro, y dijo: ¿No eres mi señor Elías? 8 Y él respondió: Yo ; ve, di a tu amo: He aquí Elías. 9 él dijo: ¿En qué he pecado, para que tú entregues tu siervo en mano de Acab para que me mate? 10 Vive el SEÑOR tu Dios, que no ha habido nación ni reino donde mi señor no haya enviado a buscarte; y respondiendo : No , él ha conjurado a reinos y naciones si te han hallado. 11 ¿Y ahora tú dices: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías? 12 Y acontecerá que, luego que yo haya partido de ti, el Espíritu del SEÑOR te llevará donde no sepa; y viniendo yo, y dando las nuevas a Acab, y no hallándote él, me matará; y tu siervo teme al SEÑOR desde su juventud. 13 ¿No ha sido dicho a mi señor lo que hice, cuando Jezabel mataba a los profetas del SEÑOR; que escondí de los profetas del SEÑOR cien varones de cincuenta en cincuenta en cuevas, y los mantuve a pan y agua? 14 ¿Y ahora dices tú: Ve, di a tu amo: Aquí está Elías; para que él me mate? 15 Y le dijo Elías: Vive el SEÑOR de los ejércitos, delante del cual estoy, que hoy me mostraré a él. 16 Entonces Abdías fue a encontrarse con Acab, y le dio el aviso; y Acab vino a recibir a Elías. 17 Y cuando Acab vio a Elías, le dijo Acab: ¿Eres tú el que turbas a Israel? 18 Y él respondió: Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa de tu padre, dejando los mandamientos del SEÑOR, y siguiendo a los baales. 19 Envía pues ahora y júntame a todo Israel en el monte del Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de los bosques, que comen de la mesa de Jezabel. 20 Entonces Acab envió a todos los hijos de Israel, y juntó los profetas en el monte del Carmelo. 21 Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo cojearéis entre dos pensamientos? Si el SEÑOR Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. 22 Y Elías tornó a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta del SEÑOR; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta varones. 23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escójanse ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, mas no pongan fuego debajo; y yo aparejaré el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. 24 Invocad vosotros en el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré en el nombre del SEÑOR; y será que el Dios que respondiere por fuego, sea el Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. 25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y haced primero, pues que vosotros sois los más; e invocad en el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. 26 Y ellos tomaron el buey que les fue dado, y lo aparejaron, e invocaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Mas no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. 27 Y aconteció al mediodía, que Elías burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es; por ventura conversando, o empeño, o camino; o duerme, y despertará. 28 Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta cubrirse de sangre. 29 Y cuando pasó el mediodía, y ellos profetizaron hasta el tiempo del ofrecimiento del sacrificio , y no voz, ni quien respondiese ni escuchase; 30 entonces Elías dijo a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se llegó a él; y él reparó el altar del SEÑOR que estaba arruinado. 31 Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido palabra del SEÑOR, diciendo: Israel será tu nombre; 32 edificó con las piedras altar en el nombre del SEÑOR; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de simiente. 33 Compuso luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. 34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto, y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Y dijo: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez. 35 De tal manera que las aguas corrían alrededor del altar; y también había llenado de agua la zanja. 36 Y cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto de la tarde, se acercó el profeta Elías, y dijo: SEÑOR Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. 37 Respóndeme, SEÑOR, respóndeme; para que conozca este pueblo que tú, oh SEÑOR, eres el Dios, y que tú convertirás de nuevo el corazón de ellos . 38 Entonces cayó fuego del SEÑOR, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que en la zanja. 39 Y viéndolo, todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡El SEÑOR es el Dios! ¡El SEÑOR es el Dios! 40 Y les dijo Elías: Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los mató. 41 Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una gran lluvia suena. 42 Y Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. 43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. 44 Y a la séptima vez dijo: He aquí pequeña nube como la palma de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce y desciende, para que la lluvia no te ataje. 45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento; y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel. 46 Y la mano del SEÑOR fue sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y vino corriendo delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
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